Lenguaje de viajando conmigo

Siempre me ha gustado el lenguaje de la palabra escrita, de las imágenes que rondan el mundo en silencio, del amor que se expresa con dulzura, de los pinceles que difuminan colores a través de las almas, de las sensaciones de los olores cuando se cierran los ojos, del roce de la persona amada… Viajando conmigo es una bitácora por el mundo de mis sensaciones… me acompañas?

Solo puedo decir que cada nuevo destino con billete de vuelta, me enseña un pedazo de mi que desconocía.


Soñando

Era media tarde, la casa transpiraba humedad, el techo de zinc resonaba suavemente con las gotas caídas del cielo, un sonido que me tría recuerdos. En la zona de escaleras la lluvia cae rauda y veloz, pero el suelo no se moja y a través de los barrotes de la ventana puedo observar como las partículas de aguas se unen a la cascada de un río que pasa por debajo de esta casa, no siento miedo, estoy a gusto, afuera observo el verdor de los árboles mojados, las charcas de agua en el camino de barro, dentro hay personas desconocidas, nunca vistas… el ambiente es fresco, el sonido reconfortante y la visión se abstrae con el caer de cada gota…
Riiiiiiiiiin! suena el despertador! Me exalto al ver que es tarde y que debo apurarme para llegar a tiempo al trabajo… un nuevo día… un buen sueño.

Decisión certera

Tengo el vivo recuerdo de la reacción de mi padre la primera vez que dije “quiero ser arquitecto”… sus ojos pequeños, el seño fruncido diciendo “la nena no estudiará arquitectura, es un mundo muy difícil para una mujer”. Yo contaba con solo siete años y ya intentaba dibujar mi propia casa en planta… veinticuatro años más tardes estoy en este “mundillo” rodeada de hombres, maquinas, hormigón, bloques, planos, tierra, números, sol y algunas discusiones laborales!!... ha sido una de las decisiones más certeras de mi vida, un sueño que hice realidad…
El camino fue escarpado y con algunos tropiezos, si no fuera por los traspiés mi “fortuna”, que no tiene nada que ver con el dinero, no tendría el mismo sabor de boca cuando giro la mirada y observo a mi alrededor.
Ciertamente mi padre tenía razón, es un mundo duro para una mujer, pero creo que ahora corren otros tiempos y para ser sincera me divierte mucho mi trabajo a pesar de que alguna vez, alguna noche me pudo haber causado algún insomnio… disfruto de lo que hago, vivo con intensidad cada día de mi vida… y la fotografía, los cuadros y caminar son simples aficiones entre otras tantas... Ah! hablando de fotografía, disfrutar de cada día, de camino y de trabajo, quiero regalarles una imagen con la que me encuentro cada mañana antes de llegar a la oficina y que hace días tenía ganas de congelar a través del lente de la cámara… Alfombra en el camino

Embeleso

No pude evitar retratarme a su lado… me embelesó su quietud, su calma, parsimonia de acariciarse sumergida en el agua…

Sensaciones en Ámsterdam

Con la intención de viajar en “plan económico”, en enero de este año hicimos la compra de un viaje a Ámsterdam… seis meses después estaba embarcando destino a la ciudad de los suecos de madera…
Ámsterdam huele a juventud traviesa y simpática… sus calles emanan antigüedad entre el aventurero bullicio de turistas, ciclistas, tranvía, coches, barcos y mercadillos… sus casas tan pegaditas unas a otras que parece como si se abrazaran e intimaran entre ellas… y si las miras desde lejos y con un poco de imaginación sus fachadas parecen rostros, algunas sonríen y todo!!
Me sorprendió mucho que siendo una ciudad donde esta permitida legalmente la venta (controlada) de marihuana y hachis, no se ve por las calles a la gente fumada y enloquecida… ciertamente se siente cierta alegría “diferente” pero nada que pueda parecer absolutamente peligroso… y contrariamente a lo que pueda creerse de una ciudad donde la marihuana está permitida, en los locales en que se expende no esta permitido el consumo de alcohol… y en los lugares de consumo de alcohol no está permitido el consumo de marihuana…
El barrio rojo o barrio Chino donde se concentran las prostitutas (legalizadas también) exhibiéndose en vidrieras, es absolutamente interesante… por el contexto puede creerse que es lo peor de Ámsterdam, pero es increíble ver a una ciudad conviviendo con sus familias, almacenes, cafes, tiendas, etc., alrededor de todo aquello… y más paradójico es ver cantidades de personas “normales como yo” junto a sus parejas viendo a aquellas chicas a través de los cristales mientras se insinúan al transeúnte… las calles del lugar están rodeadas de cámaras de vigilancia y no está permitido tomarle fotos a las “señoritas de las vidrieras”…
En el centro coexisten seductoramente tranvía, transeúntes, bicicletas, coches, barcos y tiendas… todo al mismo tiempo y en el mismo lugar… la primera sensación de aquel encuentro es un pensamiento que te dice “esta gente esta loca” pero luego que te acostumbras al ir y venir de aquellos protagonistas la sensación es de “esta gente es DONT WORRY BE HAPPY”…
Hay bicicletas para todos… para grandes, para chicos, para las parejas, para las disparejas, para los locos y no tan locos!!!...





Hay carriles bici que comunican a toda la ciudad y hasta fuera de ella… hicimos una excursión de 30 Km. ida y vuelta aproximadamente… era genial poder viajar en dos ruedas de la ciudad a un pueblo,
en busca de molinos y de su reflejo, bajo un sol estupendo y una brisa maravillosa que hacía olvidarme del dolor de “pompis” por estar todo el día sentada en el sillín de aquella bicicleta... después de conocer la población de los molinos, casas de madera llenas de antigüedades y tiendas artesanales entre árboles y flores, sentí que valió la pena el dolor de “culete” y el cansancio… y para rematar el día nos encontramos entre las calles de Ámsterdam otra vez con una exposición de grandes fotografías sorprendentes… definitivamente Ámsterdam es eso… sorprendente, mágica, divertida y traviesa… valió la pena cruzármela en mi camino aunque fueran solo por tres días…

Blogging tips