Lenguaje de viajando conmigo

Siempre me ha gustado el lenguaje de la palabra escrita, de las imágenes que rondan el mundo en silencio, del amor que se expresa con dulzura, de los pinceles que difuminan colores a través de las almas, de las sensaciones de los olores cuando se cierran los ojos, del roce de la persona amada… Viajando conmigo es una bitácora por el mundo de mis sensaciones… me acompañas?

Solo puedo decir que cada nuevo destino con billete de vuelta, me enseña un pedazo de mi que desconocía.


El primer regalo

Con esta imagen en forma de tarjeta, mi compañero de travesía y yo recibíamos nuestro primer regalo de bodas!!... realmente muy acertada ilustración, acertado momento y ocasión… las protagonistas? Tres simpáticas y geniales Chicas que me arrancaron una tremenda sonrisa con tan genial detalle. Aquí les dejo unas fotos de ese día.

Las protagonistas del regalo!!, lamentablemente la que está a mi lado nos confirma que no vendrá ese día, justamente tiene otra boda, pero en esa ocasión es una celebración de 50 años de casados!!

Mi impresión ante genial detalle.
Una foto para la posteridad.

Sabores inolvidables

Había solo una calle para llegar hasta su casa. Por mi tamaño quizá el recorrido era más grande de lo que pueda parecer ahora. Si cierro mis ojos aún me veo corriendo descalza mientras me colaba por el espacio que quedaba entre el suelo y la puerta trasera de casa y entonces emprendía con el corazón en la mano una huida inocente de lo que seguro era un regaño. No recuerdo el delito, solo recuerdo que sus brazos y dulzura siempre protegían… al llegar al porche entraba volando por la puerta principal e iba directo a su habitación y como una veloz liebre me colaba hasta llegar debajo de la cama. Mientras el corazón saltaba por el miedo de un posible castigo, mí mirada solo observaba vacío.
En segundos las voces de las otras dos protagonistas, mi madre y mi abuela (mamá Juana, así solíamos llamarle).
- No has visto a Nany
- No, ella no ha venido por aquí.
Temiendo que mi madre agachase la cabeza y me viera debajo, yo intentaba sobre todo escuchar sigilosamente aquel dialogo, había algunos silencios. Imagino que en los mutismos mi madre sabía que estaba debajo, puesto que siempre recorría al mismo lugar.
Cuando la tempestad pasaba, yo salía discretamente de debajo de aquel refugio y “mamá Juana” me decía:
- Ya se fue.
Entonces con la descalces de la inocencia mi abuela me ponía a hacer tareas domesticas. En su casa tenía un patio muy grande, tenía hasta una colina que llamábamos entre los primos “la colina de Heidi” sobre todo me gustaba arrojarle maíz a los pollos mientras emitía aquel agudo sonido que ella misma me había enseñado. Entre tanto y yo me distraía con aquellos animalitos, en su vieja cocina de gas mi abuela preparaba “avena”. Era la merienda con la que me premiaba cada tarde. Tanto sabía que me gustaba que cuando me hice adolescente y ya no pasaba con la misma frecuencia por su casa, era ella la que a paso lento con un tazón de cerámica que asemejaba un barril de madera, me llevaba aquel dulce sabor hasta casa. Y cuando llegaba del colegio allí estaba mi premio. Tengo el recuerdo de su sabor nunca más encontrado.
Algunas veces cuando llueve inconcientemente me apetece avena y entonces la preparo, pero nunca como ella. Y entonces le recuerdo, inocente, traviesa y dulce con sus nietos, con esas batas de medio luto tan gastaditas que se suavizaban como la piel de una rosa. Un luto que prodigaba desde antes de conocerla y que solían llevar todas las mujeres de su época. Un luto inacabable por la muerte de un marido, de un hijo o de algún pariente.
Pero el luto no le impedía ser traviesa y tremenda... todos por la calle le querían y le llamaban “mamá Juana”. Siempre tenía comida para quien llegaba, cobija para quien necesitara… y hasta un rocío de agua para quienes pasaban por el frente de su casa mientras ella regaba sus plantas!!!... jajajaja
Era divertida creo que tuvo suerte al final de su camino, tuvo una vejez llena de hijos y nietos que le cuidaron hasta su último de sus días.

Fin del viaje por la Toscana.

Después de la maratón por Florencia y Siena, el cuarto y casi último día de viaje debíamos marchar a Pisa para coger el avión al día siguiente y volver a casa. Según el mapa Lucca (ciudad recomendada por la guía) quedaba de paso, así que hicimos parada en esta pequeña población. Realmente es un pueblo encantador, tranquilo y de esos lugares en los que gustosamente te quedarías a tomar un café un te o algo por el estilo, con sus callejuelas medievales destinadas a llegar a una plaza concéntrica ó a la catedral…
Una vez en la plaza, ni café, ni te ni nada por el estilo!! (jajajaja) andábamos con las mochilas a cuestas y un calor inigualable, así que como grandes “maratonistas” caminamos todo el pueblo amurallado y salimos para coger el próximo tren. Días anteriores había quedado en Pisa con una amiga Venezolana que vivía en Italia y hacía dos años que no la veía.
Una vez que llegamos a Pisa la misión número uno era conseguir el hotel y dejar las mochilas que aunque no pesaban eran molestas ante aquel calor que desolaba por los días de verano. Misión numero dos: buscar comida!! ;-). En estos días de vacaciones debo confesar que Mc Donals fue en algunas ocasiones la salvación para el bolsillo, pero sin embargo ya estaba cansada de tanta comida “b…” cuando mi estomago no está acostumbrado. Así que la misión numero dos también consistía en conseguir comida “decente”.
En el camino conseguimos un pequeño restaurante que tenía un menú de precios solidarios, así que sin pensarlo nos metimos y comimos como reyes!!. Aunque después de la comida quedaba bien una siesta, el tiempo apremiaba y aunque estés de vacaciones eso no significa que dormirás todo lo que quieras, no, no, no!! Todo lo contrario a levantarse temprano y caminar hasta el cansancio para conocer la mayoría de cosas posibles… Así que levantados de la mesa empezamos a caminar nuevamente. De camino nos encontramos con el río Arno otra vez. Caminando en busca de la torre inclinada, lugar en el que había quedado con mi amiga a la 4.00 de la tarde, íbamos a paso lento puesto que teníamos tiempo. Y entonces me encontré con este pintor de pasteles que adornaba con sus colores la calzada, no pude evitar quedarme mirando…
Una vez llegados al lugar me sorprendió un montón la cantidad de turistas que había, mientras que en las calles parra llegar al lugar estaban vacías y entonces me pregunte: “¿pero aquí que regalan?... la gente estaba esparcida por todo el lugar hasta en los sitios que decía “prohibido pisar el césped”. Y de repente salía un vigilante con un pito muy agudo sacando a los turistas del césped, pero cuando éste se descuidaba empezaba nuevamente la invasión… jajajaja!! Realmente de película

. Mientras tanto y el retazo de hora y media de mi amiga “que ya me imaginaba que sucedería” me sirvió para observar la locura turística de ese pequeño trozo de Pisa. Entre tanto nosotros también hacíamos la típica foto del empujón de la torre.
Por allí dicen que la espera desespera, pero desesperada no estaba, estaba ratificando ese viejo dicho que recuerdo desde niña “muchacho barrigón, ni que lo fajen chiquito”, es decir que la gente es como es y no podemos cambiarla. Después de la hora y media de esperar vislumbro a mi amiga y tras un abrazo aprovecho para decirle que llegaba tarde. Se que mi comentario tal vez no remediaba nada, pero soltaba mi opinión y no la dejaba que se carcomiera mi interior.
Así que allí estuvimos un rato poniéndonos al día mientras lo chicos callaban y nos escuchaban como cuales “pericos” contándonos miles de “cuentos, chismes, o chafardeos”. Al final del día cenábamos juntos y luego nos retirábamos cada quien a nuestros respectivos hoteles. Un abrazo y una despedida no solo de mi amiga sino de Italia. Hermosa Toscana que nos recibió por cuatro días llenos de arte y largas caminatas. Al día siguiente partiríamos a Barcelona para dormir en casa y volver a tomar un avión con otro destino.

Siena

Antes de partir de viaje solemos comprar una guía de la zona a visitar y así enterarnos un poco de las cosas más importantes, de la historia, tradiciones, moneda, población y lugares interesantes de conocer.
En la guía que compramos de Florencia también hablaba de los pueblos de la Toscana, entre ellos Siena, Lucca y Pisa. Así que como Siena junto a la plaza del Campo pintaba interesante, y los trenes salían uno cada hora, decidimos levantarnos temprano coger un tren y emprender el viaje.
Cuando llegamos a Siena e íbamos camino a la Plaza del campo, famosa por que fue construida en la época medieval y por las competencias de caballos que aluden a dicha época, nos encontramos que Siena estaba repleta de tantos Turistas como Florencia. Para nuestra sorpresa la plaza la estaban acondicionando para la carriere del Palio”. Por lo cual no pudimos disfrutar de todo su esplendor.
Sin embargo en la guía especificaba claramente que no podíamos marchar de Siena sin tomar un café en dicha plaza y observar el ambientillo de verano, al mismo tiempo también decía que era que de los sitios más caro para tomar un café. Así que pensé: “menos mal que está en obras” jajajajaja… entre tantas entradas a tantos museos e iglesias es muy fácil dejarse el sueldo entero. Caminando por los alrededores nos encontramos con esta maravilla de la naturaleza, me sorprendió tanto que no dude en tomarle miles de fotografías, hasta le pregunté al chico si podía tocarlo, evidentemente me quedé con las ganas. Y entonces entre tantas cosas y admiraba la belleza, prestancia y soberbia de aquel animal… mis pensamientos se repetían, “definitivamente la arquitectura es fascinante, pero la naturaleza lo es aún más”.
Después de que Jaume pudiera arrancarme del frente de aquel animal, nos fuimos a callejear… es muy bonita Siena, con sus callejuelas empedradas y lámparas divertida de muchos colores y formas. Aquí les dejo una muestra con unos nombres que me inventé. No tienen nada que ver con la realidad

Llegados a la Catedral hicimos la respectiva cola para pagar y entrar. Debo confesar que es hermosa y lamentablemente está inacabada, como consecuencia de la peste negra que azotó en 1348. Desde luego hubiese sido más grande y más hermosa que la de Florencia. Una vez dentro me deleité con la hermosura de aquella iglesia, todo era mármol muy bien cuidado. El piso estaba protegido con paneles de cartón para evitar el desgaste y solo se descubre en dos épocas del año, con la cual no coincidimos. Pero tuvimos la suerte de ver algunas muestras descubiertas y protegidas con barandillas. Realmente asombroso, estaba allí y no podía imaginar cuantas personas habían dejado su vista, sus manos y toda su vida en la construcción de aquel monumento donde todo lo que relucía era riqueza.

Una vez que salimos decidimos y caminar un poco por las calles de la ciudad volvimos una vez más a Florencia para descansar y marchar al día siguiente a Lucca y Pisa nuestro último destino.

Florencia

Italia es un museo de arte continuo. En la universidad mientras cursaba historia de la arquitectura III, recuerdo que uno de los temarios era el Renacimiento, ese fue mi primer encuentro con Italia y su hermosa Florencia… recuerdo las fotos de los libros de la bella Santa María del Fiore, de su Duomo… mientras la voz del expositor hablaba de renacimiento y años de construcción yo soñaba… soñaba lejanamente con poder mirarla más de cerca, tocarla, sentirla…
Años después mi hermano con esa energía que desprendía a donde quiera que iba, emprendió una aventura solo a la hermosa Italia… y desde allí en el Vaticano y en Florencia me envió una postal…
Tras su regreso… me dijo: “tienes que ir, en cada momento me acordé de ti”… tras su desaparición física mi corazón conserva el recuerdo de sus deseos para mi, me conocía como la palma de su mano… no se equivocó… Roma y Florencia me encantaron…
Roma tuve la fortuna de conocerla el año pasado, este año ha sido Florencia y la zona de la Toscana, Lucca, Siena y Pisa…
Florencia nos recibió entre lluvia… una lluvia que me recordó a las lluvias de Maturín… y después que escampa todo queda brillante, todo reluce…
Esa tarde nos deleitamos con el puente Vecchio, el rio Arno, El Duomo, y creo que hasta con un rico helado (y caro también por cierto)… en fin que ya era tarde para visitar a David y subir al Duomo…
A la mañana siguiente evidentemente nos levantamos muy temprano para ir a ver al David, al inigualable David de Miguel Ángel. Pensamos que al ser verano conseguiríamos mucha cola y a ciencia cierta esperamos menos de lo que pensábamos… dentro de el recinto y al encuentro con el David, una parte de mi no podía creérselo… estaba allí!! tan imponente con un poco más de cuatro metros, con las venas tan bien expresadas en sus manos y pies, mostrando en su postura, fortaleza… A pesar de que en la sala no estaba permitido hacer ningún tipo de fotografías… claramente está que yo si las hice!! Jijijiji ;-) y también aceleré el pobre corazón de mi compañero de travesía al pedirle que me hiciera una con el David, mientras las vigilantes de sala iban diciendo a la gente “no se permiten fotos”… jajajajaja.. pero el mal ya estaba hecho, yo tenía mi tan anhelada foto junto a la escultura de Miguel Ángel. Un paseo por el resto de la Sala, nos encontramos con pinturas del arte bizantino, describiendo los pasajes de la Biblia… en fin un derroche de arte…
De seguido nos fuimos al Duomo y emprendimos el viaje por 463 escalones hasta llegar a lo más alto de la cúpula… genial!!!! me sentía más viva mientras las palpitaciones de mi corazón se aceleraban y mi piel sudaba por la ascensión de tantos escalones, en busca de llegar a la cima, a pesar de ser un túnel que a veces puede parecer claustrofóbico, en el camino hay algunos vanos que te dejan mirar al exterior… entonces cuando estas allí frente al agujero que deja entrar la luz, el aire y te deja mirar hacia fuera, aprecias sentir la poca brisa que toca tu rostro, la luz que te encandila por la oscuridad en que vienes… Los escalones a medida que vas llegando empiezan a alargarse y las zancadas son más altas, pero ya casi estas arriba… y cuando llegas es como el triunfo!! Se siente rico, y cuando miras te das cuenta que ha valido la pena el sudor y la oscuridad en algunas ocasiones… Disfruté enormemente de estar arriba, quería fotografiar cada pedazo de Mármol que veía, tocaba… alli me quede un rato deleitada… no quería bajar… pero en mi ímpetu de “hacer cosas” entendía que el tiempo es corto y debía continuar…
Visita seguida la Capilla de los Medecci, tampoco permitían tomar fotos, otra vez me salté las reglas, y disimuladamente allí estaba yo disparando con mi cámara intentado que no se dieran cuenta… La verdad que la capilla es realmente impresionante, todo recubierto de mármol de diferentes colores, gruesos y formas… cuando entré en el recinto mi expresión fue OOOOOOOH!!... ;-)
En fin después de salir de allí decidimos que callejearíamos un poco… nos metimos en el mercadillo, nos encontramos con montones de pinochos, los hay de todas formas y tamaños…

Comimos en el mercado… lugar recomendado por la atención, calidad y precio… allí nos dimos cuenta y ratificamos que los florentinos son gente simpática… entre callejear y callejear también buscábamos donde colgar el candado que llevábamos arrastrando un día y medio… para luego tirar las llaves al río…
Para quienes no lo saben, hay una leyenda que dice que cuando visitas Florencia, los enamorados colocan sus nombres en un candado con la fecha del compromiso y luego tiran las llaves al arno, en promesa de amor eterno… Jaume con la dulce ilusión de llegar al puente Vecchio y colgar el candado con nuestros nombres y fecha del día en que me pidió en matrimonio, se quedó parado al encontrar la reja limpia de vestigios de amor… desconsolado con un candado en un bolsillo del pantalón… a cada dos por tres me decía “acuérdate que tenemos que preguntar lo del candado”… cada vez que me decía eso aparte de causarme gracia y ternura era como si me estuviera diciendo “te quiero” sin decirlo.
El día que compró el candado en Barcelona, llegó con uno muy pequeño y me lo mostró con nuestros nombres ya escritos… objeté el tamaño pensando que no alcanzaría en entrar en las rejas… luego apareció con otro candado un poco más grande y volvió a escribir nuestros nombres. Desde ese momento se hizo responsable del candado… después de preguntar, una chica Florentina nos comentó que había salido una ley que prohibía la colocación de candados en el puente Vecchio… al final de la historia conseguimos un cúmulo de candado en el que no dudamos colocar el nuestro… Horas más tarde estábamos tirando las llaves al rio arno, para deleitarnos con esta hermosa imagen.

Malick

En la mañana pronosticaban que las temperaturas empezarían a bajar. Al salir de casa cogí el chubasquero “por si acaso” y me fui a trabajar. Hoy hace más calor que nunca, el cielo está nublado y hay mucha humedad en el ambiente.
Cuando salía a dar la primera vuelta del día por la obra me encuentro uno de los peones de seguridad.
-Buenos días Malick
-Buenos días, que tal el fin de semana?
-Excelente (es la contestación que suelo dar, porque hasta estar en el sofá es excelente), y tu?
- igual que siempre -mientras hacía cara de no estar conforme
- uhm!!- sigo caminando
-Estas casada?
-a punto
-Cuando te casas
-el 6 de octubre
- te invito a tomar trago conmigo
Oh, Oh!! en ese momento me dije este quiere lío!!..
Malick es uno de los peones que me cae bien, debe ser sud-sahariano, de piel negra azabache, rostro redondo y chato y sonrisa siempre amplia, a penas habla bien el castellano.
- No suelo ir a tomar tragos
- suelo?
En su castellano entendería suelo por tierra, piso o algo parecido.
-no tomo tragos así que búscate otra chica.
-me busco otra chica? tu ayuda a conseguir guapa y simpática como tu?
Oh!! Oh!! me causó una gracia inmensa, aunque debo confesar que mi rostro permanecía inmóvil de sonrisas como una piedra.
- hasta luego Malick
Continué mi camino. Recuerdo la primera vez que me dirigió la palabra, con respeto me pregunto por mi edad y que en que tiempo había terminado de estudiar porque era muy joven, en esa ocasión me dijo que si tenía 16 años… jajajajaja… me reí tanto que aún me río… en esa ocasión pensé o es muy listo o no se entera… hoy por hoy creo que se entera demasiado!!
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