El fin de semana del 6 de Octubre, mi compañero de viaje y
yo hicimos seis años de casados.
Habíamos planeado una escapada de una noche en
Santa Pau, pueblo medieval de la provincia de Girona.
En realidad nuestro destino era Besalú, un pueblo también medieval
que me trae de cabeza, pero no había alojamiento para ese fin de semana...
Siempre
pienso que mejor está lo que sucede, al
fin y al cabo, el cometido era estar SOLOS en nuestro aniversario. Así que no
importaba mucho donde fuese…
El día antes aún teníamos la duda de si poder irnos… sin
embargo, pudimos marchar…
El hotel donde llegamos era mágico, parecía de otra época, sacado de un cuento de los años 50 o 60.
Nuestra habitación era gigante, como para quedarse a vivir!,
y os aseguro que yo me quedé a invernar… no solo porque aquel fin de semana llovía,
sino porque para completar el panorama de la escapada, yo me enfermé del
estomago… no se me antojó mejor que estar mal del estomago (jajajajajaja)
Aun así os aseguro que disfruté del sofá, del frío, del
lugar…
Del amanecer…
De las vistas…
De la compañía…
De los paseos disfrutando de los pequeños rincones de este
pueblo encantador…
y descubrir en las grandes y pequeñas cosas, el detalle de lo eterno...
Pasase, lo que pesase... fue un lindo y dulce fin de semana...
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