Cuando se tienen niños pequeños ...
...en ocasiones es “difícil”
mirar a tu pareja. Los niños llevan toda tu atención y aunque sabes lo quieres a
tu compañero de viaje, pasan largas temporadas para volver a encontrarse con la
calma y el enamoramiento de los primeros días.
Para que el enamoramiento no pase, desde luego en muchas
ocasiones debemos poner un granito de arena de nuestra parte, o si es necesario
un camión entero de arena!...
Ayer sucedieron dos cosas que me “reenamoraron” de mi
compañero de travesía.
Primero, por casualidad me encontré con esta viaje imagen
del 2005, cuando recién nos conocimos, fue de las primeras fotos que nos hacíamos…
teníamos cara de “tontos enamorados”.
Mirar esta foto me hizo recordar como lo conocí, las primeras cosas que me gustaron de él. En mi soledad observando esta imagen, me reí y por un instante volví a sentir “mariposas” en el estomago… desde luego soy yo la responsable de que aparezcan las mariposas, traer a mi memoria recuerdos agradable generaron esta estimulación que me hace sentir FELIZ (poniendo mi grano de arena).
En la tarde de manera imprevista, les robamos una hora larga a los abuelos, dejando a los niños y escapándonos al cine… Increíblemente mi compañero de viaje movió un camión de arena!... gestionándolo todo (los niños casa de loa abuelos, las entradas, animando a mamá a salir…).
De camino al cine, mientras íbamos en metro, mi compañero de
viaje se dio cuenta que llevo el cabello recogido con una cola (llevo la cola
desde hace casi dos meses- hace calor) y hasta ese momento no me había mirado…
Si lo recuerdas empecé este post diciendo que en ocasiones
no tenemos más ojos que para los niños!... y mientras en el metro él miraba que
yo tenía el cabello recogido, yo flirteaba con él mirándole a los ojos y “reenamorandome”
del compañero que elegí para toda la vida!...
Desde luego no conozco el futuro, no sé que pueda suceder…
las cosas cambian, las situaciones, los momentos… solo espero en el futuro poder seguir teniendo
voluntad para poner mi granito de arena o rodar un camión entero para seguir al
lado de mi compañero de travesía…
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