Me parece increíble que de febrero, saltamos a Agosto!... entre medio se me quedan muchas historias en el alma, que se reavivan a través de mi retina cuando mi dedo se mueve buscando imágenes en mi móvil, organizando mi propia historia…
Tengo la “manía” de tener cuidado con las fotos, las archivo por fechas y nombre de eventos… hace ya bastante tiempo que mi réflex no sale a luz… tal vez tiene mucho que ver con mi nuevo teléfono y la practicidad de no querer cargar con más bulto mientras salgo con los niños!...
El móvil me da la facilidad de estar preparada para el instante… ciertamente con la réflex lograría mejores fotos, pero justamente en estas vacaciones también se fue en nuestra maleta y no vio la luz…
A pesar de ello, cuando he vuelto a casa tras estar unos días desconectada de la rutina, mi pensamiento ha sido “¿dónde tengo que firmar para que todas las vacaciones sean como éstas?”
Como cada año hemos pasado unos días en casa, otros en la montaña y unos días fuera.
Los días en casa han sido maravillosos, mientras los niños juegan y desayunan sin prisas ni horarios…
Redescubren su propia ciudad, fuera de la rutinaria zona en la que se desenvuelven para ir y venir de sus actividades diarias.
Juegan libres por casa, sin necesidad de vestirse para la ocasión
Y aprovechamos a encamarnos cuatro, mientras los niños nos lo permitan…
Irnos unos días en la montaña han sido verdaderamente lindo, entre primos se entienden mucho más y las largas horas de juegos, mientras se organizan sus propias historias son fabulosas…
Aprovechamos la ocasión familiar para celebrar el cumpleaños de Àfrica
Pero del cumpleaños de Àfrica y Aran ya hablaré en otra ocasión… ahora solo quiero concentrarme en éstas vacaciones que me han dejado un dulce sabor a vida…
Éste año experimentamos una nueva forma de vacacionar, entre algunas complicaciones llegamos un poco tarde organizar nuestro agosto juntos. Buscando hacia donde ir (destino barato, con atractivo para los niños y nosotros mismos) se nos cruzó el Algarve.
Nos hacía ilusión tomar un avión junto a los niños, Àfrica lo deseaba y Aran por imitación también…
Así en corto tiempo nos topamos con WIMDU y elegimos alojamiento en una casa con anfitriones y piscina, con la suerte de encontrarnos con una familia maravillosa…
Cuando llegas a una casa y medio de la sala el adorno principal es un móvil hecho por unos de los niños de ese hogar, te das cuenta que la niñez es bienvenida…
Mis hijos estuvieron muy a gusto entre Pedro, Angela, Ricardo y José… a parte de los propios beneficios de la casa en si, una habitación súper amplia con baño privado, en el que casi se podía bailar un vals y una piscina perfecta, casi para nosotros solos!
Encontrar un lugar en los que a pesar de tener otro idioma, los niños consigan sus propios códigos para jugar…
Para converger en algo tan simple como vivir!. Alimentándose de las pequeñas cosas que engrandecen los momentos… nada de eso tiene precio...
Por hoy me quedo aquí… el Algarve es otra historia a parte que merece también un poco de cariño para describirle y contar nuestra experiencia con niños…
Continuará…
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