Lenguaje de viajando conmigo

Siempre me ha gustado el lenguaje de la palabra escrita, de las imágenes que rondan el mundo en silencio, del amor que se expresa con dulzura, de los pinceles que difuminan colores a través de las almas, de las sensaciones de los olores cuando se cierran los ojos, del roce de la persona amada… Viajando conmigo es una bitácora por el mundo de mis sensaciones… me acompañas?

Solo puedo decir que cada nuevo destino con billete de vuelta, me enseña un pedazo de mi que desconocía.


Sobresaturación absoluta.

Hace aproximadamente tres semanas tuve un colapso de información, que me hizo plantearme seriamente darme de baja de todas las redes sociales a la que pertenezco (que no son pocas) incluido el whatsapp. 
Entre los grupos, el trabajo, el Faceboock, la fotografía, el blog “que tengo abandonado” y todo el tiempo que la vida “en vivo y directo” me solicita, me hizo sentir colapsada, en los días de inmediatez y sobresaturación de información… 
 Necesité dormir casi todo un fin de semana para desconectar… y poco a poco retomar mi calma. La vida entre trabajar, hacer de madre…
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…Pareja, hija, hermana, sobrina, prima, amiga, compañera, solidaria, ayudante, psicóloga, emprendedora, coaching… también me saturó…
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Entonces en esos momentos en los que me veo tipo Ally Mcbeal sacando fuego por la boca, mientras el ángel bueno que existe dentro de mí me dice “calma, clama”…
Necesité unos días para internarme en mi propio “yo” y encontrarme con mis demonios internos para calmarlos… Respirar, respirar profundamente, callar y dejar a cargo al ángel bueno que siga haciendo su trabajo, mientras mi aptitud externa era de desánimo… lo necesitaba… soy un ser normal que también necesito llorar, reír, enfurecerme, aunque esto último me cuesta permitírmelo y me enfado conmigo misma cuando sucede…
En esos días de colapso, solo tenía paciencia y sonrisa para mis pequeños… y mi reflexión interna, era sorprenderme de cuanto llegas a aprender de ser madre…
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Menos mal de mi compañero de travesía. Por medio de la buena comunicación que tenemos supe avisarle de mis abismos… así que no me tenía en cuenta ciertas actitudes. 
Pasado el bache, comprendí que le necesito como amigo, pareja y no como padre o compañero de piso, que ya lo vivimos día a día… siento la necesidad de encontrarme con él, tomada de la mano sin las prisas de lo cotidiano, de mirarlo a los ojos estableciendo una conversación, sin sentir las hermosas voces de nuestros pequeños que interrumpen con sus inquietudes, que para mí, también son importantes. 
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Así que para poner remedio a eso, se me ocurrió enviarle un desayuno a su trabajo con una simple nota que decía: “paseamos juntos una noche descalzos por la playa?”
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Desde ese momento, y para continuar trabajando en lo que deseo, comencé a mirar cosas para hacer con él, cosas simples, que solo merezcan nuestra presencia… después de tanto rebuscar le envié un mensaje diciéndole que se reservara una noche porque tenía una cita conmigo. Ese mismo día al llegar al trabajo me encontré con éste regalo.
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Así que tenemos doble cita éste mes!!!... una a un concierto y otra que ya vendrá, porque aún no lo he dicho lo que es. 
Lo importante de toda esta historia, es que muchos padres y madres como yo, nos dejamos absorber por el torbellino en que nos arrastra el sistema. 
En ocasiones te quedas esperando que el “otro” tome la iniciativa, comunique o haga “algo”, que adivine por tus actitudes draconianas que tus demonios internos te están “enloqueciendo”… la otra persona como puede saberlo? si solo vociferas, reprochas o juegas al cinismo?... 
Cuantas veces eres capaz de escuchar tus propias palabras y preguntarte si te agradaría que te hablasen de la misma manera?, y si no te agrada, eres capaz de pedir disculpas y decir; me sucede esto o lo otro?... 
 Tal vez en ese “agujero” de comunicación, de comprensión, está la clave para encontrar a tus propios ángeles para que te dejes ayudar… no somos infalibles, caminamos siempre en una delgada línea suspendida entre edificios a lo alto de una ciudad…
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Tenemos que buscar nuestro equilibrio para no caer. Las caídas suelen ser duras y tormentosas, así que tal vez el “impase” también está en tomar la iniciativa… 
En alguna parte del camino, la espera, la falta de comunicación, de comprensión, la dejadez gana terreno y la delgada línea se hiela y revienta… no tengo ganas de ello!, tengo ganas de abrazar a mi amor, tomarlo de la mano y caminar juntos, descalzos por la playa…
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