Llegamos a Mexico en uno de esos vuelos baratos que compramos cuatro meses atrás, increíblemente era más barato volar hasta Monterrey (haciendo escala en DF) que viajar directamente hasta DF… Habían pasado 12 años desde la última vez tocaba aquella tierra de charros...
La pelirroja y cabellos cortos soy yo ;-)
El menor de mis hermanos había sentado raíces en aquel país desde hacía por lo menos 17 años. La misión de aquel viaje era estar junto a mi familia en navidades y año nuevo, después de 9 años que no compartíamos juntos aquellas fechas. Es difícil cuando cada uno está en un extremo del mundo…
Llegamos a Monterrey en un hotel a buen precio y muy bien ubicado, aunque decía ser de cuatro estrellas, aseguro que alguna se le cayó en el camino… a pesar de la estrella caída, estaba bien, tenían un buffet libre muy bien surtido, a un módico costo de 3 euros aproximadamente (por persona).
En aquella ciudad hicimos las fotos de rigor…
Llegamos a Monterrey en un hotel a buen precio y muy bien ubicado, aunque decía ser de cuatro estrellas, aseguro que alguna se le cayó en el camino… a pesar de la estrella caída, estaba bien, tenían un buffet libre muy bien surtido, a un módico costo de 3 euros aproximadamente (por persona).
En aquella ciudad hicimos las fotos de rigor…
… y de inmediato buscamos un autobús para que nos acercase a la ciudad en donde nos esperaba parte de la familia.
Siete horas de carretera en un Autobús un poco polvoriento me sirvieron para quedar casi sin voz y con una alergia que luego se tradujo en fiebre y gripe. Sin embargo aquel malestar se tradujo en cuidados y el disfrute calmado de los “míos”.
Allí tumbada en un sofá en medio de una sala llena de libros, fotos, juguetes y niños, disfruté en silencio de la tremendura de esos pequeños, que me engrandecían el corazón y me lo robaban cada segundo con sus preguntas, miradas, abrazos y silencios.
Siete horas de carretera en un Autobús un poco polvoriento me sirvieron para quedar casi sin voz y con una alergia que luego se tradujo en fiebre y gripe. Sin embargo aquel malestar se tradujo en cuidados y el disfrute calmado de los “míos”.
Allí tumbada en un sofá en medio de una sala llena de libros, fotos, juguetes y niños, disfruté en silencio de la tremendura de esos pequeños, que me engrandecían el corazón y me lo robaban cada segundo con sus preguntas, miradas, abrazos y silencios.
Una sobrina a punto de cumplir 15 años que no veía desde que tenía 6, otra de 7 años que solo había visto en fotos y cuya voz me enternecía las pocas veces que hablábamos. Y un niño de un año y medio que no lo veía desde mi boda, pero que con su picardía y sonrisa jugaba a quitarme el corazón.
Allí entre sobrinos y en medio de los adultos, disfruté unos días tranquilos para luego iniciar el viaje dentro de México...
3 comentarios:
Muy buen detalle el que compartas estos viajes de encuentro con la famiia, para así poco a poco iré conociéndolos a todos. Me gusta el cariño y la ternura con la que explicas tus vivencias.
Cuando he visto las fotos de las ventanas en tu otro blog "Imágenes a través de mi mirada" te queria preguntar donde las habias capturado, pero ahora ya estoy pensando que las tomaste en este viaje a Mexico, pues eran unas formas, una construcción y un colorido que no me parecía de por aquí.
He pasado un ratito muy agradable!!
Un abrazo.
Viaje que espero nos cuentes...
Qué envidia me das!!! :)
Tengo unas ganas de conocer México...
Besicos
Que familia mas guapa!!!
Estuve en México hace muchos años, me encantó ese país y su gente entrañable.
Besos salados
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