Àfrica siempre ha gozado de buena salud, pocas veces ha pasado mala noche, cosa que agradezco después de pasar casi todo su crecimiento haciendo un proyecto final de carrera…
El trabajo fuerte ha acabado, ayer me han dado la aceptación para ir a defenderlo… y llevamos tres noches casi en vela, con la niña tosiendo… ella lo pasa mal, y yo también porque no duermo… pero a pesar de todo y buscando el otro lado de la moneda, me doy cuenta que mejor ahora y no antes cuando el tiempo lo tenía al cuello…
Mira que es buena, sabe cuando “enfermar”… Esta mañana después de pasar casi toda la noche sin dormir y después de cuatro días en una situación similar, me levante, le cambié el pañal, la baje conmigo y de manera natural le regale mi mejor sonrisa, mis mejores mimos…
Mientras me tomaba un café y la veía jugar me sorprendí de la capacidad de trasnochar y continuar regalándole sonrisas a ese tesorito que en “teoría no me dejo dormir”, entonces comprendí que eso es amor de madre…
Supongo que si la situación fuese más dura, no tendría la misma capacidad de sonreír, quien sabe?... de todas maneras no tengo muchas ganas de averiguarlo, me conformo con una simple tos y doy gracias porque solo sea eso y que a pesar de que no duermo bien, no importa, mi niña está completamente sana!...
Lenguaje de viajando conmigo
Siempre me ha gustado el lenguaje de la palabra escrita, de las imágenes que rondan el mundo en silencio, del amor que se expresa con dulzura, de los pinceles que difuminan colores a través de las almas, de las sensaciones de los olores cuando se cierran los ojos, del roce de la persona amada… Viajando conmigo es una bitácora por el mundo de mis sensaciones… me acompañas?
Solo puedo decir que cada nuevo destino con billete de vuelta, me enseña un pedazo de mi que desconocía.
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