Venga!!! A bailar todos con las manos en alto que la vida es un Carnaval. Yo ya empecé…
Besos salseros!!
Siempre me ha gustado el lenguaje de la palabra escrita, de las imágenes que rondan el mundo en silencio, del amor que se expresa con dulzura, de los pinceles que difuminan colores a través de las almas, de las sensaciones de los olores cuando se cierran los ojos, del roce de la persona amada… Viajando conmigo es una bitácora por el mundo de mis sensaciones… me acompañas?
Solo puedo decir que cada nuevo destino con billete de vuelta, me enseña un pedazo de mi que desconocía.
Besos salseros!!
Hace pocos días concluí de donde venía este espíritu aventurero que me corre por las venas… un espíritu que estuvo sosegado por un tiempo por temas de estudio y laborales, pero esa es harina de otro costal…
Después de saciar a nuestros estómagos, decidimos bajar para sentir la vidilla de aquella plaza con tanto movimiento y colores. Saqué la cámara ante los encantadores de serpientes, que no dudaron en colgarle una serpiente a él mientras yo aprovechaba para hacer fotos y ellos para pedir dinero. Cuando salimos de la ciudad amurallada donde se encuentra la medina nos encontramos con una parte de Marrakech en pleno crecimiento, con centros comerciales, tiendas de modas de marcas internacionales, plazas con fuentes y obras en construcción que hacían alusión a grandes espacios de centros comerciales. 
A la mañana siguiente, a las 8 en punto, nos esperaba afuera el chofer-guía para llevarnos a conocer los alrededores del Alto Atlas, primero pasamos por el valle de Ourika que no es mas que un conjunto de casas de adobe que llegan a fundirse con las montañas y donde habita el pueblo Bereber.
En el recorrido hacía la zona nos detuvimos en una cooperativa de mujeres, que hacían a mano, jabón y productos para la piel, todo extraído de un fruto como la almendra.
En el camino habían cantidades de sitios para comer, todos al otro lado del río, por lo cual para llegar hasta allí había que pasar un puente colgante nada fiable, al que nos arriesgamos a cruzar para disfrutar las vista al río y una deliciosa comida tradicional marroquí cocinada en tajin
Nos acercamos también a la aldea de Setti Fatma donde se enclavan las siete cascadas a las que no pudimos arribar por lo complicado del camino, el acceso a la primera es “supuestamente” fácil, sin embargo debo confesar que en ocasiones me detenía el pánico a caer, por las resbaladizas rocas del camino.
Cuando terminamos nuestra excursión, en vista de que aún era temprano, negociamos con el chofer un precio (5 euros) para que nos llevase a la estación de esquí de Oukaïmedén en la que nos acercamos a la nieve y nos deleitamos con el contraste del color rojizo de las piedras y el blanco de la nieve… en el camino seguíamos viendo pueblos Bereber que se perdían en las montañas.
Marrakech es una ciudad de contraste entre la medina que preserva su carácter antiguo y la ciudad fuera de la muralla que lucha por crecer.
Los marroquíes son gente muy amable y simpática, de carácter afable y fiestero. Las mujeres con su cara tapada también forman parte de una sociedad pujante, las ves trabajar a la par que ellos, sin embargo son sumisas ante el turista…
Es gente muy trabajadora y artesanal, podías ver a los hombres hilando en medio de las calles y bordando vestidos a altas horas de la noche, sin embargo no se porqué me quedé con la impresión de que son muy desconfiados…Cambié el video original porque no se veía… pero este también va bien… gracias Carlota.
Después de tres años de tener los lápices, pinceles y pinturas paralizados en el cajón del olvido, este año me hice el propósito de dedicar parte de mi vida a eso que tanto me gusta; pintar y dibujar… hace algunos años en la soledad de mi casa, me encontraba con esa parte de mi que se expresaba a través de colores y líneas… y de pronto, entre obligaciones y otros entretenimientos lo dejé aparcado en el cajón del olvido.