Cuando la maquina caterpillar se detuvo a la hora del almuerzo, la madre felina se acercó a su ruedas maullando, desesperada buscando entre los escombros una señal de vida. En el mundo de los humanos un buen señor predijo que había parido entre las cloacas, que seguro estaría buscando a sus mininos.
Al no tener fuerza alguna para detener aquel monstruo de maquina, se posó bajo las ruedas, entre escombros, arriesgando su propia vida. Por otro lado, el mundo humano la veía e intentaba conseguir aquello que tanto le hacía desesperar; sus críos.
Con el cuidado de aquellos humanos, salieron a la luz cinco diminutos gatitos de ojos cerrados y piel aún rosada de los recién nacidos.
Instintivamente, la medre gata cogió a uno de los pequeños entre su boca y corriendo entre escombros y maquinas se fue a ocultarlo, para protegerlos de aquellos monstruos… en el pavimento aún reposaban 4 de sus hijos.
Al paso de dos horas y verlos aún allí, pensé que estaba buscando un lugar seguro y que volvería… pero en el mundo ajeno a ella, los críos fueron colocados en una caja y trasladados de lugar…
Pasado un tiempo, la buena madre volvió y una vez más empezó a buscar con desespero. La caja había sido trasladada a un lugar de difícil acceso y la madre era salvajemente inalcanzable, por lo que unirlos era casi un sacrilegio humano.
Después de gritar, saltar y conseguir nuevamente la caja, los gatitos fueron ubicados en un lugar en el que se suponía su madre podría verles…
El día era tormentoso, con fuertes rachas de viento y un frío invernal en plena primavera, así que entre tantos humanos que no se ponían de acuerdo, la caja fue removida una vez más de sitio, tapándolos con manta para proteger a los gatitos del frío, olvidando que de esa manera su madre no les conseguiría…
A las seis de la tarde cuando salí de trabajar, a lo lejos vi a la madre gata desesperada, una vez más buscando por otro lugar… salí corriendo en busca de los gatitos que ya no estaban donde les había dejado… el buen hombre protector al ver mi búsqueda, me los entregó. Me fui corriendo hasta el encuentro de la madre que se alejaba con mi presencia.
Saqué uno de los pequeños de la caja, y de inmediato con agilidad felina saltó y lo cogió entre su boca, corriendo a esconderlo, la seguí con la mirada y observé su escondite… así que acerqué la caja al lugar… quedaban tres pequeños que se entrelazaban entre sí para darse calor, al final de la tarde se quedaban allí a la espera de que su madre les viera y pudiera protegerlos
Durante aquella noche llovió un poco y no pude evitar pensarles. En mis sueños los vi y sentía el temor de no poderlos ayudar… al volver al trabajo esta mañana, fui al lugar en que les había dejado, corroboré la caja y solo quedaba uno, que respiraba poco… le miré y sentí la absoluta tentación de traérmelo y cuidarlo, pero pensé, que la naturaleza es sabía y si el pequeño estaba allí era porque tal vez su propia madre sabría su destino… solo me quedó “autoconsolarme” diciendo “Nany hiciste todo lo que podías hacer” .
Al no tener fuerza alguna para detener aquel monstruo de maquina, se posó bajo las ruedas, entre escombros, arriesgando su propia vida. Por otro lado, el mundo humano la veía e intentaba conseguir aquello que tanto le hacía desesperar; sus críos.
Con el cuidado de aquellos humanos, salieron a la luz cinco diminutos gatitos de ojos cerrados y piel aún rosada de los recién nacidos.
Instintivamente, la medre gata cogió a uno de los pequeños entre su boca y corriendo entre escombros y maquinas se fue a ocultarlo, para protegerlos de aquellos monstruos… en el pavimento aún reposaban 4 de sus hijos.
Al paso de dos horas y verlos aún allí, pensé que estaba buscando un lugar seguro y que volvería… pero en el mundo ajeno a ella, los críos fueron colocados en una caja y trasladados de lugar…
Pasado un tiempo, la buena madre volvió y una vez más empezó a buscar con desespero. La caja había sido trasladada a un lugar de difícil acceso y la madre era salvajemente inalcanzable, por lo que unirlos era casi un sacrilegio humano.
Después de gritar, saltar y conseguir nuevamente la caja, los gatitos fueron ubicados en un lugar en el que se suponía su madre podría verles…
El día era tormentoso, con fuertes rachas de viento y un frío invernal en plena primavera, así que entre tantos humanos que no se ponían de acuerdo, la caja fue removida una vez más de sitio, tapándolos con manta para proteger a los gatitos del frío, olvidando que de esa manera su madre no les conseguiría…
A las seis de la tarde cuando salí de trabajar, a lo lejos vi a la madre gata desesperada, una vez más buscando por otro lugar… salí corriendo en busca de los gatitos que ya no estaban donde les había dejado… el buen hombre protector al ver mi búsqueda, me los entregó. Me fui corriendo hasta el encuentro de la madre que se alejaba con mi presencia.
Saqué uno de los pequeños de la caja, y de inmediato con agilidad felina saltó y lo cogió entre su boca, corriendo a esconderlo, la seguí con la mirada y observé su escondite… así que acerqué la caja al lugar… quedaban tres pequeños que se entrelazaban entre sí para darse calor, al final de la tarde se quedaban allí a la espera de que su madre les viera y pudiera protegerlos
Durante aquella noche llovió un poco y no pude evitar pensarles. En mis sueños los vi y sentía el temor de no poderlos ayudar… al volver al trabajo esta mañana, fui al lugar en que les había dejado, corroboré la caja y solo quedaba uno, que respiraba poco… le miré y sentí la absoluta tentación de traérmelo y cuidarlo, pero pensé, que la naturaleza es sabía y si el pequeño estaba allí era porque tal vez su propia madre sabría su destino… solo me quedó “autoconsolarme” diciendo “Nany hiciste todo lo que podías hacer” .
La foto es de aquí
5 comentarios:
ay, Nany, hija, qué angustia. Te entiendo perfectamente. Justo anoche parió una de mis gatas, y uf, cuando estabas describiendo toda la situación... qué penita! Un besazo, guapa!
Madre mía, sin palabristas me quedé...
Besos
La imagen, ya se que no es tuya, pero la has sabido escoger muy bien, para reflejar la fragilidad de los gatitos acabados de nacer.(es preciosa)Y al leer la explicación, ayuda a sentir aún más tu angustia!!
Pobre Nany, ya te imagino, con lo sensible que eres, lo que deberias sufrir.Me ha gustado tu reflexión final para dar una respuesta a tu opción.
Salgo de tu otro blog y ahora con esta historia, me has hecho pasar un ratito muy agradable!!... Gracias.
Un beso muy fuerte.
Sabia naturaleza a pesar de convivir entre tanto peligro de ciudad, difícil momento Nany, ufff!
Besos salados
Gracias a todas vosotras por vuestras palabras, se sienten palabras cariñosas y queridas… un abrazo.
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