Berlín a grandes rasgos es como hablar de una batalladora mujer que le gusta la arquitectura y la historia y así te la va enseñando en la medida que la caminas.
En el mes de febrero compramos billetes muy económicos para Berlín, me llamaba sobre todo conocer la cúpula del el Reichstag, proyectada por Norman Foster, pero Berlín es mucho más que eso y conocerla ha sido gratificante a nivel personal, cultural y educativo, es una de esas ciudades que dan mucho de si.
En este artículo de Berlín me permitiré la licencia de saborearlo en varias partes, porque muy a pesar de que solo invertimos dos días en conocerla, las sensaciones fueron muy variadas e intensas y de esa misma manera quiero hacerlo llegar.
Tras llegar a una Terminal aérea que no decía mucho, nos movimos para buscar el autobús que nos llevaría hasta el centro. Ya habíamos leído en la guía turística sobre los diferentes tipos de billetes que se podían comprar para moverse por la ciudad. La ciudad está dotada de tranvía, trenes, metros y buses, por lo cual el sistema de trasporte está muy bien gestionado y lo más increíble de todo es que cuando llegas a las estaciones de metro o te montas en el autobús, no hay ningún tipo de control… parece increíble pero cierto, y entonces te hace pensar: “esta gente es muy honesta” o “aquí nadie paga”, por si acaso nosotros evidentemente andábamos con tikets , nunca se sabe cuando la ley de Murphy está al acecho.
Tan solo llegar te das cuenta que la gente es amable con el turista, intentan hablar un poco ingles para explicarte hacía donde dirigirte tras una pregunta “donde queda…?
Menos mal que hombre precavido vale por dos, cuando bajamos del autobús nos dimos cuenta que tras mi frecuente despiste dejé la Guía turística olvidada en el bus… pero gracias a él, que había bajado un mapa de Berlín para el GPS del móvil, y así llegamos directo al hotel y por otro lado habíamos comprado una guía de MP3 por Internet de 100 lugares interesantes para conocer en Berlin.
Cuando contratamos el hotel, nos pareció barato delante de otras ofertas, lo único es que justo por nuestra ventana pasaba un tren aproximadamente cada 15 minutos, con razón era tan barato (jajajaja).
En el mes de febrero compramos billetes muy económicos para Berlín, me llamaba sobre todo conocer la cúpula del el Reichstag, proyectada por Norman Foster, pero Berlín es mucho más que eso y conocerla ha sido gratificante a nivel personal, cultural y educativo, es una de esas ciudades que dan mucho de si.
En este artículo de Berlín me permitiré la licencia de saborearlo en varias partes, porque muy a pesar de que solo invertimos dos días en conocerla, las sensaciones fueron muy variadas e intensas y de esa misma manera quiero hacerlo llegar.
Tras llegar a una Terminal aérea que no decía mucho, nos movimos para buscar el autobús que nos llevaría hasta el centro. Ya habíamos leído en la guía turística sobre los diferentes tipos de billetes que se podían comprar para moverse por la ciudad. La ciudad está dotada de tranvía, trenes, metros y buses, por lo cual el sistema de trasporte está muy bien gestionado y lo más increíble de todo es que cuando llegas a las estaciones de metro o te montas en el autobús, no hay ningún tipo de control… parece increíble pero cierto, y entonces te hace pensar: “esta gente es muy honesta” o “aquí nadie paga”, por si acaso nosotros evidentemente andábamos con tikets , nunca se sabe cuando la ley de Murphy está al acecho.
Tan solo llegar te das cuenta que la gente es amable con el turista, intentan hablar un poco ingles para explicarte hacía donde dirigirte tras una pregunta “donde queda…?
Menos mal que hombre precavido vale por dos, cuando bajamos del autobús nos dimos cuenta que tras mi frecuente despiste dejé la Guía turística olvidada en el bus… pero gracias a él, que había bajado un mapa de Berlín para el GPS del móvil, y así llegamos directo al hotel y por otro lado habíamos comprado una guía de MP3 por Internet de 100 lugares interesantes para conocer en Berlin.
Cuando contratamos el hotel, nos pareció barato delante de otras ofertas, lo único es que justo por nuestra ventana pasaba un tren aproximadamente cada 15 minutos, con razón era tan barato (jajajaja).
Después de dejar las mochilas, marchamos al Museo de Pérgamo, si bien teníamos pocos días, lo único que yo quería era “por lo menos” entrar a este museo.
Allí estaban albergadas muchas de las grandes obras de arquitectónicas de la antigüedad, entre ellas una de las ocho puertas de Babilonia (Puerta de Istar). Es increíble pensar que los alemanes trasladaron ladrillo a ladrillo de esta hermosa edificación construida aproximadamente unos 600 años antes de Cristo. Es espectacular ver como en aquella época el adobe ya era horneado con color, por lo cual aún se conserva el color de las formas que se dibujan en la puerta. Y uno no puede dejar de preguntarse si no ha sido un saqueo a esa cultura o simplemente si los alemanes no la hubiesen trasladado, hoy no quedarían vestigios de su belleza, puesto que el Mundo Islámico ha estado en constantes guerras… siempre queda la duda...
En este mismo lugar está el llamado Altar de Pérgamo, dedicado a Zeus o Atenas… se abre increíblemente ante el visitante lleno de esculturas que representaban batallas y creencias de la antigua civilización helenística.
Salí del museo con una satisfacción increíble y recordando que no habíamos comido nada desde la mañana y ya era la hora de la merienda, pero entre tanta arquitectura, arte, cultura e historia había olvidado a mí estomago…
Hasta la próxima entrega...
4 comentarios:
Ya he estado en Berlín ale!
jajajajajajajaj
no, en serio, es una de mis ciudades pendientes, pero hay tantas!
Besicos
Yo también estuve en Berlín, ya hace bastantes años, y aún me queda el recuerdo de la grata satisfacción que me produjo.Tu ahora me has refrescado este recuerdo con estos interesantes slides!!..
Veo que también disfrutas viajando y conociendo cosas nuevas,... para mí siempre es una gozada!!
Un fuerte abrazo.
Ya echaba yo de menos un viajecito contigo ;)... jo, de verdad que me das una envidia increíble. Las puertas son una maravilla, y aunque en principio me ha cabreado que los alemanes las chorimangasen, supongo que tienes razón, que de otra manera tal vez no se hubieran conservado. Pues nada, seguiremos viajando virtualmente gracias a tí. Un besuco.
Me han entrado unas ganas de ir a Berlín!!!
Dios...mi lista es enorme... :)
Besicos
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