Después de volver de Halong Bay , una vez más estábamos en la ruidosa Hanoi, un poco más adaptados al ruido de la motos. La siguiente excursión sería a las montañas de Sapa, frontera con China, el traslado hasta allí sería en tren, un vagón con camas literas donde entraban 4 personas, la verdad que a pesar de ser Vietnam y con todo el desastre que habíamos visto suponíamos que el tren no sería de primera categoría, pero sorprendentemente debo decir que es mejor que el Talgo nocturno que va de Barcelona a Sevilla o Madrid.
Antes de llegar a la estación de tren que ciertamente es un poco desastre unos turistas españoles nos advirtieron de la picardía vietnamita, comentándonos que había un “señor” sin uniforme ni nada que te cogía las maletas el billete y te llevaba hasta el vagón, se podía pensar que era un trabajador del lugar, pero no, era un “señor” que simplemente “te orientaba” para luego sacarte dinero y hasta que no se le diese propina no soltaba las maletas, así que una vez advertidos ya estábamos atentos a esta situación y ciertamente cuando llegamos allí estaba el timador de día, al cual obviamos por completo y seguimos nuestro camino, una vez que salimos de las fauces de la picardía caminamos largo rato en busca de nuestro vagón esperando lo peor… para nuestra sorpresa allí estaba un camarote, limpio, con 4 botellas de agua y cuatro bananas, increíble!, sábanas limpias, cepillo dental con pasta y demás, todo precintado!.
Allí empezó nuestra aventura a Sapa. Aunque el tren era genial debo confesar que no dormí muy bien con el traqueteo del tren, sin embargo eso no me impidió emocionarme al llegar a la montaña.
Aunque aquel lugar estaba en el “fin del mundo” la impresión fue estupenda, era un pueblo de casas coloniales y en sus calles brillaban los coloridos del ropaje de las minorías étnicas entre la de los miles de turistas. Aquel día emprendimos nuestra primera ruta de montaña, muy sencilla por cierto, todo fue bajada!.
Antes de llegar a la estación de tren que ciertamente es un poco desastre unos turistas españoles nos advirtieron de la picardía vietnamita, comentándonos que había un “señor” sin uniforme ni nada que te cogía las maletas el billete y te llevaba hasta el vagón, se podía pensar que era un trabajador del lugar, pero no, era un “señor” que simplemente “te orientaba” para luego sacarte dinero y hasta que no se le diese propina no soltaba las maletas, así que una vez advertidos ya estábamos atentos a esta situación y ciertamente cuando llegamos allí estaba el timador de día, al cual obviamos por completo y seguimos nuestro camino, una vez que salimos de las fauces de la picardía caminamos largo rato en busca de nuestro vagón esperando lo peor… para nuestra sorpresa allí estaba un camarote, limpio, con 4 botellas de agua y cuatro bananas, increíble!, sábanas limpias, cepillo dental con pasta y demás, todo precintado!.
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En Sapa de manera independiente contratamos otro paseo junto a una pareja que conocimos en el viaje, así que fue comer y volver a salir rumbo a Fansipan, la montaña más alta de Vietnam, la sola carretera era toda una aventura. Era una vía de barro muy estrecha y con un precipicio que no quiero ni contar y para más impresión habían obras y estaba una “excavadora” en un alto que no entendía como trabajaban de aquella manera!...


3 comentarios:
Una vez mas te felicito por tus fotografías.
Me ha gustado muchisimo la de la señora con la peineta!!
Un abrazo,
Agatha Blue*
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De verdad que me das una envidia con esos viajes tan preciosos que haces...además lo cuentas tan bien, con esas fotitos, que parece que estamos ahí...Un beso, guapa.
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