Orquídeas para mi princesa

Recuerdo como en cada víspera de mi cumpleaños mi madre me contaba sobre el día que se enteró que estaba embarazada de mí, para esos días los ecos no existían y ella tras tres hermosos hijos, en su interior deseaba a una “princesita” como solía llamarme en los días que quería hacerme sentir amada.
Para aquellos días aunque la economía familiar marchaba bien, había que cerrar la producción familiar, así que la dedición era infranqueable, cualquiera fuera el sexo del “bebe” (yo) había que proceder a una cesaría y ligamento de las trompas de Falopio.
Concertado el día pensando en el que el bebé ya estaba para salir de su burbuja protectora, todos estaban en la clínica a la espera del nuevo nieto, sobrino, hijo, hermano, según fuera el caso de los presentes.
Cuando el Bebé lloró el Doctor “Regaldis” , hoy en día aún en fusiones, le dijo a Margarita:
- Margo! es una catira-
Para quienes no lo saben catira, es lo que aquí se llama rubia y en México Güera. En fin que la niña llegó con el pan bajo el brazo en una familia con tres hermanos, un padre, una abuela y un montón de tíos y primos con los que compartió felizmente su niñez.
La niña que vino “marcada” con un lunar en la espalda que a lo largo de los años se ha posado en la cintura y llega a confundirse con la piel tatuada de pecas, nació prematura, por lo cual su medre desbordó todos sus cuidados en su “princesa”…
Aún recuerdo cuando mi madre en cada víspera de mi cumpleaños imitaba mi llanto insignificante para que me riese de sus penurias, pensando que tal como llegué me podía marchar, pero el humor que le caracteriza le lleva a reírse de esas desventuras.
Con los días y pasado el peligro, aquella morena y alta mujer al fin dejo tocar a los que le rodeaban a su princesa, y así entre tanto amores creció, feliz, descalza y libre!...
Una libertad con la que aprendió a volar imaginariamente y su madre era el pilarcito que la empujaba a seguir soñando… le enseñó a lanzarse de bruces al mundo, sin miedos y en el camino marchó… desprendiéndose de todo lo que amaba para empezar una nueva vida en un país en el que nada conocía…
Evidentemente su madre la alentó a tal dedición, la dejó volar en busca de sus sueños… en ese momento le demostró amarla infinitamente!.

Y tras tantos años fuera, su princesa a un mes de casarse recibe junto a una foto de orquídeas un poema escrito por el amor infinito y divertido de su madre!.

Orquídeas para mi princesa, hoy he pensado muchísimo en ti, parece mentira que dentro de poco vamos a estar juntas de nuevo, aquí va mi inspiración:

Las orquídeas son del patio de mi madre y las cuida personalmente.

El día de tu nacimiento nació una estrella con luz,
y en el umbral de mi cuarto solo alumbrabas tu,
Fuiste mi niña deseada esperándote yo estaba,
Era tanta mi emoción que solo por ti velaba,
Fuiste la niña mimada de todos los que te rodeaban,
Y te fuiste de mis manos cuando menos esperaba,
Hoy ya toda una mujer muy pronto la gran señora,
Como aceptar esta verdad que es la tanto se añora,
Dentro de un mes de mi brazo acompañado estarás,
Y esperándote tu príncipe para llevarte al altar,
Te deseo lo mejor mi princesa consentida,
Se feliz con tu adorado y para toda la vida ,
Donde quiera que me encuentre yo siempre, los bendeciré
Para que sean felices .y me traigas mis lombrices.