Después del viaje por la hermosa Italia (Florencia, Siena, Lucca y Pisa) llegamos a casa a preparar nuevamente la mochila para un viaje totalmente diferente. Esta vez nos íbamos a Suiza un poco a la aventura, sin hoteles concertados…
El día que compré los boletos de Avión para Zurich no pensé en el alojamiento o si el lugar me gustaría, no, no, no… fui como una de esas mujeres compulsivas que van de rebajas, encuentras una prenda barata y la cogen aunque luego no la vayan a usar!!, tenía las hormonas a millón y con la ilusión de “viajar” una de mis principales aficiones, no me lo pensé dos veces… simplemente compré!!!
Después de cometer aquel arrebato y en busca de ofertas hoteleras, me di cuenta que el hospedaje por aquellos lugares era sumamente caro!!, mucho más del doble a lo que estábamos acostumbrados. En fin que ya estaba montada en el “burro” y tenía que arrearlo!. Pasado los días una dedición conjunta, alquilamos un coche (mucho más barato que cualquier hotel) y nos vamos a la aventura, tienda de campaña, colchón, sabanas, comidita y demás. Así comenzó todo…
El día que compré los boletos de Avión para Zurich no pensé en el alojamiento o si el lugar me gustaría, no, no, no… fui como una de esas mujeres compulsivas que van de rebajas, encuentras una prenda barata y la cogen aunque luego no la vayan a usar!!, tenía las hormonas a millón y con la ilusión de “viajar” una de mis principales aficiones, no me lo pensé dos veces… simplemente compré!!!
Después de cometer aquel arrebato y en busca de ofertas hoteleras, me di cuenta que el hospedaje por aquellos lugares era sumamente caro!!, mucho más del doble a lo que estábamos acostumbrados. En fin que ya estaba montada en el “burro” y tenía que arrearlo!. Pasado los días una dedición conjunta, alquilamos un coche (mucho más barato que cualquier hotel) y nos vamos a la aventura, tienda de campaña, colchón, sabanas, comidita y demás. Así comenzó todo…
A la llegada no tuvimos que esperar prácticamente nada por las maletas. Una vez en el coche surgió la gran pregunta: ¿para donde vamos? Oh, Oh!!... teníamos una guía que no era nada específica. Días antes habíamos leído un artículo en el periódico que hablaba de Lucerna, así que nos dirigimos hacia allí.
En vista de que mi Ingles es “nulo” decidimos que era él quien preguntaría por si había habitaciones en los hoteles que nos topábamos en el camino… así que como águilas en busca de su presa íbamos a la caza de hoteles de carretera. Cinco lugares con respuesta negativa, al sexto pregunto yo:
- Good Night, ahm! double room for one nights?? (Con un acento indígena total!)
No se que me contestó la chica, solo sé que me apuntó en un papel el precio de la habitación, como el aspecto de aquel lugar no era de mi total agrado, decidí que siempre podíamos arriesgar un poco más. A la caza nuevamente llegamos al último lugar, la misma pregunta y el mismo precio con mejor aspecto. Nos quedamos!.
A la mañana siguiente nos levantamos muy pronto y nos fuimos directo a Lucerna. Allí sin ningún tipo de perdida llegamos a la oficina de información turística la chica con un “muy buen” castellano nos atendió magníficamente. El destino? Una excursión en barco por el lago de Lucerna, luego en cremallera para llegar a la montaña de Pilates y bajar en teleférico.
En vista de que mi Ingles es “nulo” decidimos que era él quien preguntaría por si había habitaciones en los hoteles que nos topábamos en el camino… así que como águilas en busca de su presa íbamos a la caza de hoteles de carretera. Cinco lugares con respuesta negativa, al sexto pregunto yo:
- Good Night, ahm! double room for one nights?? (Con un acento indígena total!)
No se que me contestó la chica, solo sé que me apuntó en un papel el precio de la habitación, como el aspecto de aquel lugar no era de mi total agrado, decidí que siempre podíamos arriesgar un poco más. A la caza nuevamente llegamos al último lugar, la misma pregunta y el mismo precio con mejor aspecto. Nos quedamos!.
A la mañana siguiente nos levantamos muy pronto y nos fuimos directo a Lucerna. Allí sin ningún tipo de perdida llegamos a la oficina de información turística la chica con un “muy buen” castellano nos atendió magníficamente. El destino? Una excursión en barco por el lago de Lucerna, luego en cremallera para llegar a la montaña de Pilates y bajar en teleférico.
El cremallera es uno de los más inclinados del mundo, sube con aproximadamente un 48% de pendiente. Las pocas horas que tenía en Suiza me sirvieron para darme cuanta lo organizados, limpios y puntuales que son.
Encantada de estar en la Naturaleza y una vez arriba en la montaña hicimos una corta excursión. De vuelta y con el estomago vacío bajamos nuevamente a Lucerna y de camino nos encontramos con “MIGROS”, una cadena de supermercado y tiendas que tenía un restaurante cuyo menú variado estaba a muy bien precio. Así que para los días siguiente descartaríamos a nuestro amigo Mc Donals que ya nos hacia daño al estomago y nos quedamos con este nuevo ejemplar de comida, sana, rápida y barata!.
Después de la comida con postre “suculento” incluido nos fuimos a bajar la comida por el centro de aquella bonita ciudad. Increíblemente y para mí sorpresa Suiza ha sido el lugar a parte de Venezuela, en el que me he encontrado más venezolanos en mi vida. me parecía increíble escuchar aquel acento tan repetidas veces… llegué a pensar que había algún congreso o algo por el estilo y al acercarme a alguna paisana y comentar sobre tal evento me comentaban que eran puras casualidades.
Caminando por lucerna llegamos hasta la antigua muralla medieval y subimos a sus torres. Todo era verde, definitivamente una ciudad encantadora.
Terminado el día, después tantas actividades, nos fuimos otra vez a la caza de hoteles, en esta ocasión con menos suerte que el día anterior. Increíblemente entramos a muchas poblaciones y ciudades preguntando, ya me veía durmiendo dentro del coche, total una mala noche la pasa cualquiera. Después de casi dos horas entre carretera y búsqueda dimos con un pequeño poblado que contaba con un bonito hotel que nos abrió sus puertas. Llegado a la habitación caímos como muertos.
Resucitados al día siguiente marchamos temprano, la primera actividad del día: dar un paseo por los alrededores antes de llegar a Zurich nuestro último destino. De camino paramos en un par de poblaciones con castillos, calles y casa medievales. Habían muchos lagos en el camino, con patos, cisnes mucho verde ya bonitos senderos.
Acercándose el medio día la siguiente tarea: buscar alojamiento. En esta ocasión corrimos con mucha suerte, un lugar bien ubicado, limpio y a buen precio. Bajamos las mochilas que dejamos dentro de la habitación y otra vez a la calle en busca de nuevos lugares. Así que esta vez nos dirigimos a la frontera con Alemania por donde cruza el río Rin, un lugar verdaderamente hermoso… todos los poblados eran así como los cuentos de Hansel y Gretel…
Encantada de estar en la Naturaleza y una vez arriba en la montaña hicimos una corta excursión. De vuelta y con el estomago vacío bajamos nuevamente a Lucerna y de camino nos encontramos con “MIGROS”, una cadena de supermercado y tiendas que tenía un restaurante cuyo menú variado estaba a muy bien precio. Así que para los días siguiente descartaríamos a nuestro amigo Mc Donals que ya nos hacia daño al estomago y nos quedamos con este nuevo ejemplar de comida, sana, rápida y barata!.
Después de la comida con postre “suculento” incluido nos fuimos a bajar la comida por el centro de aquella bonita ciudad. Increíblemente y para mí sorpresa Suiza ha sido el lugar a parte de Venezuela, en el que me he encontrado más venezolanos en mi vida. me parecía increíble escuchar aquel acento tan repetidas veces… llegué a pensar que había algún congreso o algo por el estilo y al acercarme a alguna paisana y comentar sobre tal evento me comentaban que eran puras casualidades.
Caminando por lucerna llegamos hasta la antigua muralla medieval y subimos a sus torres. Todo era verde, definitivamente una ciudad encantadora.
Terminado el día, después tantas actividades, nos fuimos otra vez a la caza de hoteles, en esta ocasión con menos suerte que el día anterior. Increíblemente entramos a muchas poblaciones y ciudades preguntando, ya me veía durmiendo dentro del coche, total una mala noche la pasa cualquiera. Después de casi dos horas entre carretera y búsqueda dimos con un pequeño poblado que contaba con un bonito hotel que nos abrió sus puertas. Llegado a la habitación caímos como muertos.
Resucitados al día siguiente marchamos temprano, la primera actividad del día: dar un paseo por los alrededores antes de llegar a Zurich nuestro último destino. De camino paramos en un par de poblaciones con castillos, calles y casa medievales. Habían muchos lagos en el camino, con patos, cisnes mucho verde ya bonitos senderos.
Acercándose el medio día la siguiente tarea: buscar alojamiento. En esta ocasión corrimos con mucha suerte, un lugar bien ubicado, limpio y a buen precio. Bajamos las mochilas que dejamos dentro de la habitación y otra vez a la calle en busca de nuevos lugares. Así que esta vez nos dirigimos a la frontera con Alemania por donde cruza el río Rin, un lugar verdaderamente hermoso… todos los poblados eran así como los cuentos de Hansel y Gretel…
Una vez en el Rin no podíamos creer que con aquel calor no teníamos trajes de baño, y se veía tan rico!! Oh! que lastima… en fin que continuando con el camino llegamos a la frontera con Alemania.
Una vez la tarde volvimos a Zurich y dimos una vuelta “rápida por la ciudad” me sirvió para darme cuenta que con una sola vuelta me bastaba, aún así al día siguiente volveríamos otra vez… creo que mi cuerpo ya pedía hogar.
Suiza es realmente bonito, aunque solo conocí la franja centro norte del país me pude percatar de que son extremadamente organizados y al percibir aquella buena impresión de un país que solo pisé por pocos días, sentí curiosidad de saber sobre su sistema económico. Leyendo entre una cosa y otra es unos de los países cuya Banca económica es la más sólida del mundo. El “gobierno” invierte sobre todo en agricultura y ganadería y uno de los países que otorga más subsidios en este rubro es Suiza, cosa que también ayuda a activar el turismo. La población es en su mayoría de clase media alta y las bajas laborales son casi nulas. Invierten mucho en el medio ambiente y fue uno de los primeros países en exigir catalizadores en los coches, en fin que se lo montan muy bien y me quedé con ganas de volver, pero en la próxima ocasión un poco mejor organizado y con vistas de hacer algunos senderos.
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